Mis días planos,
Programación televisiva
La ceguera cotidiana, tan persistente
Mi almohada rellena de duda
Compañera adolescente
Mastico todo el tiempo un sabor tibio y amargo
Sé, también lo aguantas
Todos lo mordemos ¿No?
Entra. Baja por el cuello
Me recorre a sus anchas y luego vuelve
Y así un siniestro carrusel
La calentura atiende sus ciclos
Parte suicida-esperanzada a bañarse en tu volcán de lava añeja
Que encendió tantas veces al hombre sin quemarlo (ESPANTO)
Cerca
nuestro
un viento
susurra
amarillo rojizo
Te miro
Unos labios te cierran los ojos
Cubriendo, en minutos cómplices,
Los parpados gastados de tanta espera
Hija de aeropuertos, de trenes y camiones
Las carreteras sudamericanas y el cielo amerindio
Tienen grabados tu aroma
Ya sabes entonces porque abrimos ventanas
No te molestes si te despeinas
Una lengua filosa es el puente a tu quema
Dura y penetrante golpea, se anuncia cenicienta
Ayúdame a encausar
Devórame en la risa
Que abres de par en par
Quién sabe si el mundo cabe ahí
Muérdeme con tus dientes
Que resisten tan bien los años de la rabia
Suelta esas piedras,
Llégame al hueso con tus pezones punzantes
Y todo se contagia en la habitación, se CALIENTA
Es tu saliva (lava) que empieza a recorrer los discos, los libros, los ojos de todos los visitantes; Sus narices, sus pómulos, sus labios. Los sexos-sesos. Y cuando me masturbo absuelvo tu lava, la que me dejaste impregnada.
