27-01-06

AURICULARES TECHNICS....YA ESTABA BUENO....

Dormido con auriculares boca arriba, se había quedado para siempre. ¿Qué era específicamente lo que estaba oyendo al momento de dormir? Era una verdadera interrogante para sus amigos que nunca le creían nada o por lo menos nunca demostraban creerle nada. Y es que él necesitaba tanto eso, casi tanto como los aplausos que nunca llegaron y se quedó ahí esperando dormido boca arriba. Muerto, frío de creatividad, helado de talento…congelada la vida. Seguramente había sido pink floyd y ese sonido delirante, o talvez Queen con su destellante voz principal o ¿porqué no? Charly Garcia, al fin y al cabo era lo más cercano ¡Hay pobre muchacho que pintaba a Charly en la pared! El asunto es que se había quedado dormido con auriculares boca arriba para siempre. Quizá desde siempre, pensaba su madre, testigo de la ensoñación permanente de su hijo. A veces, ella solía perderse observándole y aunque trataba afanosamente de valorar sus intentos en el arte siempre terminaba volviendo a la cocina y pensando: “pobre de mi hijo con sus castillos en el aire, siempre igual”.

La mitad de los familiares y amigos, en el fondo, le querían ver muerto, porqué era una molestia permanente...él, hablando de la música, mientras algunos se casaban otros se volvían espléndidos profesionales “cosas serias” y él siempre ahí marcando el paso, los cuatro cuartos del rock (algo que siempre le sonó de forma descolocada, ruin y caótico. Consideraba la armonía como un motor. Era un viejo que se reía de las locuras de terceros. Quería vivir al límite pero nunca se desató un cordón al cruzar la alameda ni olvidaba las llaves al salir los lunes a cantar en algún micro con su amigo)

Si él se hubiera animado a escribir antes de su fin. Supongo que sería algo así:

“Llegó un punto en que el peso me partió y no se pudo más, simplemente no se pudo. Dejé el optimismo para los discursos políticos además nunca fui bueno para pelear (revolución) lo mío iba en la caricia y ya nadie la quería ni un poquito. Así que cuando oía todas las canciones a la vez y todos los intérpretes que me gustaban en unos tristes auriculares, repuestos con huincha hiladora, y maltratados en las puntas, como yo, parchado a fuego todos los días de la vida, maltratado de amor y de indiferencia, decidí aquello (que hubiera sido imposible sin una mano que me aventaron esos locos). Pero ojo que los audífonos, pese a todo, aun sonaban. ¿Hubiera sido mejor vivir…?...no sé”